miércoles, junio 29, 2005

LECTURAS DE CHARCO: HORACIO QUIROGA


Crucé el charco el pasado 11 de junio en buena compañía lectora. Las turquesas cortinas se abrieron de nuevo mientras yo me hallaba en mitad de la selva ensimismado en los relatos truculentos de Horacio Quiroga. Ciertas personas me han hablado con pasión de este autor, y yo me pregunto por qué demonios no le he conocido hasta tan viejo. Bueno, la pregunta se responde fácilmente: mi educación eurocéntrica durante infancia y adolescencia, y más tarde mi licenciatura en Filología Clásica, me obligaron a perderme grandes lecturas de autores latinoamericanos. Pasé mi adolescencia leyendo autores españoles que no revisitaré jamás (no daré nombres), y sin embargo me perdí lecturas como la de Quiroga. En los planes de estudio que yo seguí (y eran mejores que los actuales) había que leer a tal o cual porque habían sido escritores españoles destacados según la cronología temporal, pero quedaron fuera grandes autores latinoamericanos, ingleses, y de otras nacionalidades. Toda esta fijación ombliguista ha degenerado, entre otros “partos de los montes”, en los estudios “de género” y los estudios “regionales”, que se pueden resumir de la siguiente manera: debo dedicar más tiempo a estudiar la pelusa de mi ombligo que a analizar los piercings de zafiro que lucen algunas muñeconas mejor agraciadas.
Pues que crucé el charco leyendo los Cuentos de Quiroga. La edición de Cátedra, para ser más exactos, una antología que contiene una buena introducción de Leonor Fleming, donde esta profesora da buena cuenta de la personalidad de este individuo extraño, uruguayo de nacimiento y argentino por formación, que nació y creció entre algodones (y fue bohemio en París, fue diplomático...) hasta que una extraña obsesión le condujo a la selva y a una vívida vida de ensimismamiento en un ambiente peligroso y hostil. Quiroga estuvo marcado por la sonrisa de la oscura dama, que diría Dylan Dog: la muerte accidental de su padre de un balazo; el suicidio de su padrastro; las muertes prematuras de sus hermanos Pastora y Prudencio; él mismo mató accidentalmente a su amigo Federico Ferrando; y posteriormente, el suicidio de su segunda esposa. Quiroga mismo se suicidaría en 1937, y a este deceso seguirían tiempo después los suicidios de sus hijos Eglé y Darío. Quiroga, hombre atormentado por la muerte y la visión violenta de la vida que encarnaba la selva, arrastró a su esposa e hijos a una vida hostil y a una pesadumbre existencial que no soportarían sus nervios.
La virulencia de sus cuentos y el horror que muchos de ellos respiran eran hijos de dos modelos fundamentales sin los cuales Quiroga no sería el Quiroga que ahora podemos leer: Edgar Allan Poe y Jack London. El tenebrismo de Poe es tenebrismo formal quiroguiano, pero sobre todo es Jack London su gran influencia. De hecho, no se entienden algunos de sus cuentos y relatos sin el antecedente de Jack London, uno de mis escritores de cabecera y a cuyos relatos le debo buena parte de mi conocimiento de la lengua inglesa: no se concibe La insolación (1908) sin el antecedente de Encender un fuego, de London, ni Anaconda parece posible sin los antecedentes lundineses de La llamada de la selva y Colmillo blanco.
Mi única decepción ante Quiroga es precisamente la de descubrir tan tarde a un Jack London uruguayo con grandes méritos propios, pero cuyas obsesiones, temáticas y angustias son muy parecidas a las del gran escritor norteamericano que fue también un prodigioso novelista (El lobo de mar, Martin Eden, John Barleycorn...), además de cuentista (Encender un fuego, Una odisea del norte y un largo et cetera). Debo recordar que también London se suicidó. Queda, eso sí, mi inmenso respeto ante este maestro de la lengua española que me hizo reflexionar en mitad del Atlántico acerca de una obsesión común: la fascinación por la selva. Me sentí identificado con Quiroga: un educado hombre de mundo que voluntariamente abandona la civilización para hundirse en la selva y en sus crueles condiciones de vida donde sólo se puede responderse a the call of the wild, que debemos traducir como la llamada de lo salvaje más que de la selva. Sólo difiero, eso sí, en la clase de selva: yo prefiero las crueles selvas urbanas. Gracias, Quiroga. Ahora me entiendo un poco mejor. Gracias también a quienes me han recomendado su lectura.
Pido disculpas por la extensión de este blogo. Mis mejores blogos me salen cuando no tengo nada que decir (como en el caso de Sartre, hace unos días: escribí en cinco minutos todo lo que tenía que decir). Creo que cerraré esta bitácora y abriré otra donde sólo escribiré sobre temas en los que soy profundamente ignorante, como una forma de demostrar que la literatura es comunicación, incluso cuando no existe nada que comunicar.

martes, junio 28, 2005

TÉCNICAS DEL GUIÓN 2 Y 3: CONFLICTO Y OBSTÁCULOS

Tengo el ordenata de papi en la UVI (se le fundió la fuente de alimentación). Para no dilatarme, continúo desde el ordenata de mi hermana con el pegoteado de las técnicas del guión. Ya sabéis: del libro de David Howard y Eric Mabley: Tools of Screenwriting. St. Martins Press.

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2. El conflicto (Conflict, p. 46).

El conflicto es el ingrediente esencial de cualquier obra dramática. Sin conflicto no vamos a tener una historia que interese a la audiencia. Sin conflicto, la gente permanece indiferente hacia lo que contempla en la pantalla. El conflicto no necesariamente procede de tiroteos o de catástrofes, sino del deseo del protagonista por conseguir algo que es difícil de conseguir. Esto se aplica no sólo para la película completa, sino también para las escenas de que está compuesta. Si nadie quiere nada en una escena, esta escena carece de conflicto; si nadie quiere nada a lo largo de una película, la película carece de conflicto e interés dramático.

3. Obstáculos (Obstacles, p. 47).

El protagonista y su objetivo son los dos primeros elementos importantes dentro de la construcción de una historia. El tercero son los obstáculos. Sin impedimentos para que el protagonista consiga lo que quiera, no hay conflicto y no hay historia. A veces hay varios impedimentos para que el protagonista consiga su objetivo, y uno sigue a otro como en Romeo y Julieta. A pesar de que la unidad de una historia depende de que exista un solo objetivo claro, los obstáculos para que el protagonista consiga su objetivo pueden ser múltiples y variados.

domingo, junio 26, 2005

TÉCNICAS DEL GUIÓN I: PROTAGONISTA Y OBJETIVO

Aquí va una nueva entrega del libro Tools of Screenwriting de Mabley y Howard: Protagonista y objetivo.

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1. Protagonista y objetivo (Protagonist and Objective, p. 43).

El protagonista es el personaje principal, pero su principal característica es un fuerte deseo por conseguir un objetivo o alcanzar una meta, y es este deseo intenso lo que produce el interés de los espectadores por la historia. El movimiento hacia el objetivo determina el principio y fin de la historia. Desde el principio de la mayoría de los guiones bien construidos, el escritor dirige nuestra atención hacia uno de los personajes (p. 43). El interés de los espectadores por el personaje es directamente proporcional al empeño que el personaje ponga en conseguir su deseo (p. 44).Sólo a la luz del objetivo del protagonista puede planificarse un guión de cine, ya que la persecución de este objetivo determina el transcurso de la acción. A continuación proporcionamos los tres puntos principales a recordar sobre el objetivo (p. 45).

1.1. Un solo objetivo principal para cada personaje. Sólo debe haber un objetivo principal para que la película tenga unidad. Un protagonista con objetivos diversos que salta de uno a otro rompe la columna de la obra y disipa nuestro interés. Que otros personajes tengan otros objetivos o deseos no es incompatible con el hecho de que, como espectadores, seguimos la persecución del objetivo del protagonista.

1.2. El objetivo debe generar oposición para producir conflicto. El objetivo deber ser capaz de crear oposición con el fin de producir conflicto. A veces esta oposición procede de otro personaje, de la naturaleza o de las circunstancias de la historia, y también del interior del propio protagonista. Si no hay oposición, no hay conflicto; si no hay conflicto, no hay drama.

1.3. La naturaleza del objetivo determina la actitud de la audiencia.La naturaleza del objetivo es el elemento fundamental que determina cuál será la actitud que la audiencia tomará hacia el protagonista y su oposición. Si el objetivo es heroico, lo admiraremos; si es detestable, repudiaremos al protagonista y desearemos su fracaso. El protagonista y el objetivo están tan identificados en nuestras mentes que no hay manera de separar uno de otro.

viernes, junio 24, 2005

TÉCNICAS DEL GUIÓN: GENERALIDADES


Como veo que el tema ha suscitado interés, comienzo con un resumen de las generalidades, antes de hacerlo propiamente con las técnicas. A ver qué pensáis. La fuente, insisto, es The Tools of Screenwriting, de Howard y Mabley. Quien viva en Madrid lo encuentra ahora mismo en la librería Ocho y Medio. Y los de fuera, vía Amazon punto Com.

1. Los responsables de un film (cita de William Goldman, p. 14).

Los siete responsables de que una película resulte buena o mala: el director (director), productor (producer), los actores (players), el director de fotografía (cinematographer), el diseñador de producción (production designer), el montador (the editor) y el escritor o guionista (the writer). A veces, también el compositor de la banda sonora (composer) es absolutamente esencial.

2. Requisitos para una historia (p. 23):

De acuerdo con estos dos autores (p. 23), los elementos esenciales que deben darse en cualquier historia dramáticamente bien contada son cinco. Estos cinco requisitos argumentales consiguen atrapar al espectador, tanto de una obra de teatro como de una película. Es necesario mencionar aquí que este libro se basa en un antiguo texto de Edward Mabley sobre la escritura de textos dramáticos que ha sido adaptado por David Howard a la escritura de guiones cinematográficos. De ahí la doble autoría del volumen.

1. La historia trata sobre alguien por quien sentimos empatía.
2. Este alguien quiere algo, y lo quiere con muchas ganas.
3. Este algo es difícil de conseguir, pero no imposible.
4. La historia es contada buscando el máximo impacto emocional e implicación del espectador durante su transcurso.
5. La historia debe tener un final satisfactorio (que no tiene nada que ver necesariamente con un final feliz).

3. Protagonista, antagonista y conflicto (p. 28)

Muchas películas tienen una antagonista muy claro, es “el malo”. En este caso el protagonista (“el bueno”) tiene un conflicto de carácter externo con otra persona. Sin embargo, en muchas películas el protagonista es también su propio antagonista, puesto que el conflicto del protagonista es interno. A veces, el conflicto interno y externo se dan al mismo tiempo. En Casablanca, Rick tiene un doble conflicto: comprometerse o no con la causa de Victor Laszlo (interno) y sus problemas con el general Strasser (conflicto externo).

4. Drama objetivo y subjetivo (p. 32):

Ejemplo de drama objetivo: un bebé que gatea junto al filo de un precipicio; una mujer que saca un arma. En el momento dramático objetivo, la situación es de gran tensión por sí misma. En el drama subjetivo, nosotros sabemos algo sobre los personajes que nos obliga a preocuparnos por ellos. Ejemplos de drama subjetivo: si sabemos que un hombre padece claustrofobia y este hombre debe permanecer encerrado en un armario, se creará una escena que nos mantendrá a la expectativa; si además el hombre se encierra en el armario con objeto de conseguir algo que es más importante que su miedo, la expectación por lo que pueda experimentar crecerá en nosotros. La mayor parte de las buenas películas mezclan el drama objetivo y subjetivo constantemente.
Continuabit... Posted by Hello

jueves, junio 23, 2005

LAS TÉCNICAS DE LA ESCRITURA DE GUIONES


Actualmente me encuentro en Murcia llevando a cabo actividades relacionadas con mi tesis y que me requieren en la capital del reino de Valcárcel. También, claro, aprovecho para estar con la familia y reconciliarme con el sabor del whiskey con hielo en compañía de los amigos, sumergido en antros llenos de humo de cigarrillo.

Como estoy en plan familia-trabajo no tengo excesivas ocasiones de escribir, por lo que me había reservado un comodín para estas fechas. Un comodín que quizá a alguien más pueda interesar. Durante el semestre estuve traduciendo del inglés y resumiendo el libro The Tools of Screenwriting, de David Howard y Edward Mabley. El objetivo del resumen era que sirviese como herramienta de trabajo para los estudiantes de la asignatura Cine y literatura I, que he impartido este semestre y que tendrá su continuidad durante el próximo. Lamentablemente, el ritmo frenético de finalización de la tesis impidió su conclusión hasta finales de semestre, con lo que sólo a partir del siguiente podremos discutir los filmes desde este punto de vista estructural, que no es único, ni es el mejor, ni se lo bajó Moisés del monte Sinaí entre las barbas, pero sí es interesante. El libro fue originalmente escrito por el dramaturgo y director teatral Edward Mabley, y en él formulaba sus teorías sobre la construcción dramática, que ilustró con ejemplos de textos teatrales. Aplicó y refinó sus teorías como profesor de la New School For Social Research y publicó su libro en 1972: Dramatic Construction.

Esta obra, pronto agotada y sin reeditar, fue usada por el profesor Frank Daniel como introducción a la teoría dramática, y años después, uno de sus alumnos, David Howard, el fundador del Graduate Screenwriting Program at the University of Southern California, decidió adaptar el viejo libro de Mabley a la construcción de guiones de cine, ya que advirtió que, en su mayor parte, las herramientas estructurales del teatro y las del cine eran las mismas. Matizó, desarrolló, modificó el texto original y sustituyó los análisis de textos teatrales por guiones de cine y el visionado de las películas pertinentes. En 1993 se editó The Tools of Screenwriting, de David Howard y (honor a quien honor merece) Edward Mabley.

Los autores pretenden que las buenas películas cuentan con una serie de elementos estructurales que los guionistas manejan tan bien que eso las convierte en grandes películas. Ojo, ellos aseguran que las malas películas son malas porque no los aplican suficientemente bien. También dan a entender que no son las únicas técnicas para la escritura de guiones, y mencionan algunos autores y títulos europeos, pero enseguida apostillan que si a los europeos les gusta más ver películas de Hollywood que películas europeas, por algo será, y ese algo es que los autores y escritores europeos no aplican de manera suficientemente clara estas técnicas. Como puede verse, tienen una respuesta para defender sus tesis, y de paso, defender el tipo de película comercial y hollywoodense (aunque siempre de calidad) frente a otras maneras de entender el cine. A pesar de todo, estas técnicas arrancan del teatro, y muchas se abordan por primera vez en la Poética de Aristóteles. Son técnicas o herramientas dramáticas que se encuentran en el teatro desde los trágicos griegos, y que se aplican lo mismo en Hollywood que en Japón o Francia (Howard no es sólo hollywoocéntrico y analiza también Rashomon, de Kurosawa, o Los cuatrocientos golpes, de Truffaut, en un intento de demostrar la universalidad de estas herramientas dramáticas). ¿Será verdad? A partir de hoy empiezo a colgar aquí una a una estas técnicas o herramientas de la estructura dramática de los films, y en fin, las opiniones sobre la validez o futilidad de estas teorías serán bienvenidas. Iré alternándolas con otros contenidos, como viene siendo habitual, pero el trabajo ya finalizado de resumen de la parte teórica del libro aseguran su continuidad y finalización, así como mi solaz y la posibilidad de que esta bitácora continúe en activo hablando de literatura, aunque muchas veces no lo parezca.

David Howard y Edward Mobley, The Tools of Screenwriting. A Writer´s Guide to the Craft and Elements of a Screenplay. St. Martins Press. New York, 1995. Posted by Hello

martes, junio 21, 2005

SARTRENARIO


Hoy/ayer día 21 Sartre nacía hace cien años. Los gacetilleros y críticos, así como la oficiosa oficialidad de los vendedores del nuevo Occidente que se lava la cola en el bidé relumbrante de China insisten en cuán importante fue, y cuán desfasado se encuentra hoy día su discurso. Quizá tengan razón, pero para mí siempre será el autor de un libro emocionante que me hizo comprender durante la adolescencia el amor que las palabras de la literatura merecen: Las palabras. Era ésta una obra donde Sartre evocaba sus vivencias infantiles y su vinculación mágica y profunda con el mundo de la literatura, el nacimiento de una fascinación que sólo terminó con su muerte. Feo, chaparro, bizco, fumador y camandulero, Sartre fue un sapo cuyo hechizo no concluyó tras el beso de miles de princesas Nalganieves que parirían enanitos para este reino globalizado y neoliberal. El autor de Las palabras, genio de otro tiempo que ya no es el nuestro, es otro genio más que aguarda en el purgatorio un nuevo vuelco de la percepción de nuestro presente y lo que nos reste de futuro. Posted by Hello

lunes, junio 20, 2005

ARCHIVO: EL DISTANCIAMIENTO GIMENIANO


Tirando de archivo, que en estos días no hay mucho tiempo para más. Publicado en Antonio Busquets (ed.), Homenaje a Carlos Giménez. Ediciones Flash Back. San Sebastián, 2003.
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Creo que fue en algún momento de los años 80 cuando se acuñó desde un ministerio aquella ñoña perla de la bobería cultural: “Donde hay un cómic, mañana habrá un libro”. La máxima pretendía promover la lectura de cómics entre los más jóvenes, y veinte años después sorprende descubrir que la frasecita se ha convertido en una especie de máxima recurrente, como si se tratara de las antiguas “Conócete a ti mismo” o “Todo con medida” que lucían en la entrada del oráculo de Delfos. Recientemente, un catedrático de Ciencia Política de la Complutense recordaba aquella “joya” de la sabiduría popular desde las páginas de un importante diario de tirada nacional, y a veinte años de aquel parto de la abuela me pregunté por qué no sólo más del cincuenta por ciento de los españoles jamás lee un libro, sino que cada vez se leen menos cómics, y la mayor parte de los que se leen no auguran precisamente un futuro de lectores de buena literatura.
También fue en los ochenta, desde una de las publicaciones del gran Josep Toutain, que Carlos Giménez vino a responder algo así como que, y un pimiento, que donde ahora hay un cómic, mañana debe haber un cómic mejor. Resulta relevante que fuese Giménez quien lanzase el varapalo a la máxima ministerial, no porque a Carlos Giménez no le guste leer libros —idea que me parece absurda— sino porque Carlos Giménez es uno de los grandes autores literarios de historieta de todos los tiempos.
Hay autores de cómic cuya presencia es una cálida compañía a lo largo de toda una vida, quizá porque en su misma grandeza está contenida la vida entera. Son pocos, pero Carlos Giménez es uno de ellos, y pertenece al club de los más grandes. Entre mis primeros recuerdos cuento el haber conocido el arte de Giménez sin saber que aquello era Giménez sólo de una manera muy peregrina. Me refiero a las series Tom Berry y Kiko 2000 que Giménez abocetaba y para las cuales dibujaba portadas en lo que fueron sus albores profesionales. Mi padre compraba estos tebeos en Barcelona y los traía a nuestra casa en Vic. Después de aquella primera vez, el arte de Giménez ya no me abandonó con los años, sino que se convirtió en el gran Giménez y en un habitual de los mejores momentos de mi vida lectora: el Dani Futuro de Bruguera en los 70, el de Hitpress en los 80, el Hom, el Paracuellos en Comix Internacional, Los profesionales, por dar sólo unos ejemplos... Lo que siempre me ha asombrado más de Giménez es la elevadísima calidad de sus guiones aunada con un prodigioso y singularísimo dibujo semihumorístico que produce una sensación de extrañeza, de distanciamiento: este hombre nos cuenta estas historias tan dramáticas con un dibujo maravilloso, pero cercano a la caricatura: aquellos niños de grandes ojos tristes, aquellos malvadísimos maestros del Movimiento... Ni siquiera el humor está exento de una carga pesimista o cruel. Carlos Giménez es un maestro del distanciamiento en el cómic, un cómic excelentemente dibujado y prodigiosamente bien estructurado y escrito. Un cómic que por ser cómic nada tiene que envidiarle a ningún libro por ser libro (y por libro entendemos novela, que es el libro por antonomasia de nuestra época).
Es sobre todo en el dibujo donde encontramos con toda su fuerza la expresión de este “distanciamiento” que, de manera también formal, Bertolt Brecht deseaba para su teatro: la caricaturización aparente de la realidad la distorsiona para provocar un efecto multiplicado, como en la búsqueda brechtiana del distanciamiento, llamado así porque se distancia estéticamente del realismo para acentuar la crudeza de la realidad. La exageración estética de los rasgos de personalidad es fundamental en Giménez como vehículo para transmitir su mensaje, que es el de un observador de la realidad, un hombre que no necesita ir más allá del bar de la esquina o de la calle donde vive para encontrar historias que puede transformar en hermosa narrativa gráfica. Parafraseando a Blaise Cendrars cuando hablaba de concepto de escritor, Giménez es un hombre vivo entre los hombres, un hombre sumido en la existencia concreta y que, además, escribe. Y dibuja, debemos añadir. La exageración estética de los rasgos de personalidad en Giménez es fundamental en su arte, porque él no describe la realidad tal cual es; Giménez huye del sentido de la realidad costumbrista o naturalista para transformarla en un arte superlativo, en una recreación ideológica y política del mundo.
La búsqueda del distanciamiento también tenía un objetivo político, y así lo vimos en Brecht como lo vemos en Giménez. Las obras de Giménez nacen también de un compromiso artístico por desvelar las aristas de un mundo imperfecto. Otro rasgo propio de Giménez por el que quisiera expresar mi más rendida admiración es el hiperrealismo. Dentro de cada viñeta, el ojo de Giménez parece ver más de lo que un ojo “normal” vería, pues la abundancia de trazos y detalles también redunda en el delicioso efecto distanciador que produce su obra: Giménez es el menos realista dentro de los autores de cómic realista; pero dentro de su estética semihumorística que se aleja del realismo, él es el más hiperrealista. En su barroquismo, sin embargo, nada sobra o confunde, puesto que todo guarda un equilibrio prodigioso en el que nunca hay ocasión para el cansancio de la mirada. Toda las líneas de la figura humana guardan una armónica relación con los trazos que completan la utilería o el paisaje dentro de la viñeta, y a su vez nunca se produce disonancia entre una sola viñeta y el conjunto de ellas dentro de la página.
La obra de Carlos Giménez es la obra de un poeta del corazón humano, y en ella parece estar encerrada la vida entera con sus pequeñeces y sus abismos. Gran dibujante y gran escritor, Giménez cumple con los requisitos de muchos de los más altos genios: es profundo, pero no oscuro; es alegre, pero no frívolo; es dramático, pero no sensiblero; es complejo, pero no confuso. Por encima de todo, leerle es y será una enorme fuente de gozo. Un gozo que ya viene durando muchos años, y que como el primer día, se mantiene siempre fresco. Posiblemente Giménez pensaba en los cómics que a él le gustaría leer cuando lanzó su defensa del cómic hoy, pero mejor cómic mañana. En el mejor de los mañanas posibles, allí estará la obra de Carlos Giménez.

viernes, junio 17, 2005

LA NOVELA PASIONAL


Recientemente terminé de leer con enorme gusto unos ejemplares de la serie La Novela Pasional. Ésta fue una de las muchas series eróticas que se editaron en la España de los años veinte, lo que quiere decir que ya son clásicas. Los títulos han sido: La insaciable, de Luis León (LNP, 2), Un hombre y dos mujeres, de Fernando de la Milla (LNP, 3) y El hombre que agotó el amor, de Aurelio García Carreras (LNP, 4). Son novelitas que se editaron en formato bolsilibro, con ilustraciones picantes y temas procaces. Al principio uno piensa que estas novelas (que rondan alrededor de las 60 páginas y se leen de una sentada) son antiguallas, tonterías inocentes que podían parecer escandalosas hace más de ochenta años, y hoy no. Es cierto que hoy no escandalizarían a muchos, sin duda, pero de inocentes no tienen nada, y tanto las situaciones como el lenguaje revelan la maravilla de descubrir que existió una literatura erótica basura cuyo redescubrimiento es sumamente gozoso. Hoy las reedita, en edición facsímil, la Editorial Renacimiento. Tanto La insaciable como Un hombre y dos mujeres tratan de personajes sexosos que por manipular a sus presas acaban experimentando un trágico final. Debía de ser, de manera razonable y sin prostituir el contenido, una concesión a la moral de la época que la novelita de marras tuviese, al fin y al cabo, una especie de enseñanza moral: mal muere quien folga mal. A veces, sin embargo, la brusca descripción de esa muerte, la rudeza del lenguaje incluso, desmienten cualquier intención moralizante y da a entender que la intención del autor incurre más bien en el humor negro, como en el párrafo final de La insaciable: No dijeron más... La muerte pasó su guadaña cortando dos hilos de una vez... Quedaron inmóviles aquellos cuerpos que tantas caricias se habían prodigado. En el rostro de él se dibujó una sonrisa de satisfacción; el de ella se desfiguró, contrayéndose con un gesto de rencor; con una mueca de odio y dolor se llevó una mano al coño...

Regocija enormemente la recreación de un lenguaje erótico muy español que carece, por su viveza y a veces procacidad, de la tirantez de las traducciones castellanas de los clásicos de la novela porno. Esta condición de jugueteo con el lenguaje produce que a veces, de manera más que voluntaria, los autores incurran claramente en la comedia, como es en el caso de El hombre que agotó el amor, donde su protagonista, el gordísimo mercero don Rosendo Peladilla de la Pirandela, aburrido de los ajamonados mimos conyugales, se convierte en un obeso y rijoso Ulises moderno que vaga como un poseso de un lado para otro de Madrid con el infructuoso deseo de mojar el churro; churro que acabará por mojar a altas horas de la noche en el cuarto de la sirvienta, donde gozará como un cochino hasta darse cuenta, oh maravilla, de que por arte de birlibirloque se ha beneficiado a su propia esposa. En la creencia de gozar a su sirvienta, disfrutó de la parienta con la dulzura de quien lo haría de una amante.

El lenguaje castizo, achulado a veces, es claramente pre-almodovariano (si tal cosa fuese posible), y confirma que el gran éxito de Pedro Almodóvar nace de una honda raigambre populachera que viene de muy lejos: ¡Chulo mío, te como!... ¡Que te come tu chula!... ¡Ay, mi hombre, que se metió en mi corazón como un tirabuzón! le dice la fulanota Marita a don Rosendo en El hombre... p. 17. Un poco más adelante, en la página 22 de la misma obra, el lenguaje es verbenero, y un don Rosendo hastiado de caricias se disculpa ante otra meretriz que a toda costa quiere llevarle al huerto: Lo siento mucho, pero esta tarde he vaciado todo el tarro de la calamocha. A veces, la recreación erótica de los detalles más prosaicos se impregna de greguería ramoniana para alcanzar toda su gracia y desplegar en lenguaje fino toda la sugerente delicatessen que precede a la fiesta taurina del lecho (ibidem, p. 26): Ahora veíala cabalgando la húmeda guitarra del bidet, enajenada completamente por su obsesión de vencer al graso mercero y por la importantísima faena de tualetearse la más íntima y no por esto menos ajetreada parte de su cuerpo.

He hecho tres citas de la novela que para mi gusto es la más divertida, esta parodia tocina y disparatada del vagabundeo de Ulises huyendo o cayendo en garras de mujeres, más o menos fatales, hasta llegar a su Penélope. Extasiado, Don Rosendo descubre que la dicha se encuentra allí donde creía encontrar la causa de su hastío; lo hará gracias al sugestivo embrujo de la fantasía, y después de vagar por un mundo de sonrisas verticales donde todas las sonrisas son la misma sonrisa, aunque todas las sonrisas sean distintas para el coleccionista de sonrisas.

viernes, junio 10, 2005

NO HAY BLOG HASTA EL 16 DE JUNIO


Me voy a España. No actualizaré hasta el 16 de junio. Para más entretenimiento, ver blogo anterior. Sean buenos en mi ausencia, ya saben que siempre hay alguien que nos vigila.Posted by Hello

ÚLTIMA ACTUALIZACIÓN, Y ME VOY

Bueno, pues como mañana a primera hora vuelo de nuevo hacia la Patre Matria y durante un mes no voy a poder ver quién actualiza su página en mi Bloglines (fantástica herramienta para leer a quienes actualizan), voy a actualizar los enlaces de esta página para acceder a esas bitácoras desde aquí mismo y no perderme de lo que pasa de un lado u otro de las turquesas cortinas del lecho del Sol. Debo decir que mi selección se basa siempre en criterios absolutamente personales, por lo que la temática de las bitácoras es variada, así como su calidad. Sin embargo, por lo general sólo cuelgo blogs que se actualizan con frecuencia (algunos a diario, no como el mío; otros, un día interrumpen su andadura), pero nunca borro un enlace de la lista a menos que la página desaparezca. Los suelo enlazar después de un mes o así de seguimiento, casi nunca de buenas a primeras. Mi objetivo no es, ni mucho menos, sentenciar con su presencia o ausencia cuáles son las mejores bitácoras, sino dejar una constancia de qué bitácoras leo, que mis lectores las compartan y que luego por voluntad propia regresen o no regresen a esa página. Vamos a ello.

Empiezo con bitácoras interesantes de personas a quienes conozco, muy distintas entre sí y de mí, pero con quienes comparto el feo vicio de leer y escribir. Ahora tocan puros juarochos, id est, from Ciudad Juárez, todos jóvenes y por tanto bellos; o sea, el futuro: un joven pero ya becado ensayista nos comenta sus elucubraciones y chispazos en Wordwardness; Micromán nos presenta el pensamiento rap de sus microtextos; El campirano de Ayawo nos cuenta cuentos de un Oeste todavía muy vivo, un Marcial Lafuente Estefanía aparentemente pre-maquilero pero post-apocalíptico; Don Melón de la Huerta nos hablará de cine de terror cual melón con jamón mientras no se le acabe el regadío (a ver si ya encuentras esos acentos); desde Zacatecas, otra transterrada se estrena con buena pluma en Templo de Zal; por último, ya que en la lista de enlaces de blogs contamos con un bar, no podía faltar un lupanar: Meretrices de la frontera son, al alimón limonero, dos lindas plumas que escriben con tinta rosa enfundadas en lencería de piel de loba.

Pasemos a los cómics: los juarenses 656 Cómics están produciendo mucho últimamente. Ánimo. Una nueva página dedicada desde España a la Bande desinée (no sólo tebeo francés, también europeo) es La BD. Venga, que no todos los tebeos son de empijamados usacas. A través de algunos comentarios escritos en esta página descubrí Heroína, un viaje a los abismos, una guerra interna expresada en palabras a la que debemos dar una oportunidad y seguir de cerca.

Blogs sobre cine: Un mundo desde el abismo, excelente página. En el listado dedicado a Mitología y cultura clásica cuelgo enlaces a otros blogs que merece la pena seguir quien tenga interés en el mundo clásico: Tradición clásica (el único en español, a veces escrito en inglés y que se prodiga poco pero con calidad de pensamiento y limpieza de expresión); Classics in Contemporary Culture; ARLT (Association for Latin Teaching); Blogographos y Laudator Temporis Acti.

Por último, no sé si ya he dicho que el novelista español Montero Glez ha estrenado bitácora recientemente: La trinchera cósmica.

jueves, junio 09, 2005

PUBLICIDAD: REVISTA TRUENO


Algunos han interrumpido sus actividades habituales para leer la nueva revista TRUENO. ¿Tienes ya la tuya?

Foto cortesía de Emilio Gallego.
Posted by Hello

lunes, junio 06, 2005

REVISTA TRUENO


Permitamos que resuene el Trueno. La revista TRUENO sale a la calle coincidiendo con el Salón de Cómic de Barcelona (del 9 al 12 de junio). Se trata de una nueva revista, de periodicidad anual, realizada íntegramente por seguidores, estudiosos y artistas de aquel Capitán que un día de los años 80 interrumpió su cabalgada legendaria: El Capitán Trueno. Decir en España El Capitán Trueno es invocar a un personaje que el año que viene cumplirá 50 años de presencia ininterrumpida en el mercado y que se encuentra en todas las bibliotecas del país y en todas las librerías especializadas. Qué pena tener que decir que no en todos los corazones, porque desde 1987 casi no han aparecido nuevas historias más allá de homenajes puntuales: sólo reediciones y más reediciones del material clásico que arrancó su publicación un día de junio de 1956. Ya he hablado aquí mismo del carácter libertario de este personaje que, acompañado de sus fieles Crispín y Goliath, vivía en una Edad Media elástica al gusto de los intereses de su creador, el novelista Víctor Mora. Este Capitán medieval de resonante nombre volaba en un fantástico globo ideado por el sabio Morgano y estaba comprometido con Sigrid, la reina de la mítica Thule de los más fieros vikingos. Todos las anacronías eran válidas para crear la obra maestra del tebeo de aventuras español en una época en que todavía existía una industria del tebeo nacional. Quien quiera empaparse de más detalles sobre el personaje, que entre en la imprescindible página que Alberto Álvarez-Perea dedica al personaje.

La revista TRUENO saldrá una vez por año, gracias al tesón de los integrantes de la Asociación y Foro de amigos del Capitán Trueno (principalmente, gracias al tesón de tres personas para quienes pido un aplauso: Paco Nájera, Rosa Camiña y Alberto Álvarez-Perea). No soy el más adecuado para juzgar una revista de divulgación en la que yo mismo he colaborado (se publica un artículo mío sobre el portadista Antonio Bernal que colgaré próximamente en esta bitácora) y con la que tengo una implicación sentimental, pero creo que va a merecer la pena que TRUENO salga al mercado, porque el aficionado al personaje no se va a encontrar con un simple refrito de lo ya dicho y leído, sino que hay material inédito: numerosas ilustraciones originales, una entrevista con el gran portadista Antonio Bernal y una sustanciosa conversación entre dos de los últimos artistas prometeicos que concedieron tinta, carne y vida a Trueno: Paco Nájera y Jesús Redondo. Además, artículos de Carlos Álvarez, Paco Nájera, Iñigo Iturzaeta, Emilio Gallego, Manuel Montes, Francisco J. Valero, José María Baena, José Antonio Ortega Anguiano, José Gregorio Jiménez y el tal Ricardo Vigueras. 52 páginas por sólo 4 euros de nada, con portada inédita de Jesús Redondo que es la que encabeza estas líneas.

En definitiva, una cita obligada para aquellos completistas o aficionados que quieran saber más sobre la andadura de este personaje clásico, y un aperitivo mientras soñamos con que Ediciones B (o quien sea) vuelva a sacar nuevas historias de este personaje enormemente querido y recordado.

Permitamos que resuene el Trueno.

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miércoles, junio 01, 2005

A PROPÓSITO DE ALAN DAVIS 1


El otro día me quedé con ganas de colgar algunas imágenes del trabajo de Alan Davis para Batman: Año Dos. No he querido escarbar entre las viñetas y reproducir alguna donde la acción se convierta en protagonista, en lo que se conoce como drama objetivo (un combate, alguien que desenfunda una pistola, etc.) sino en lo que más me atrae en los cómics: el intimismo. Recuerdo que una de las series populares que más me hizo disfrutar a principios de los 90 fue la reedición del los Classic X Men de Claremont y Dave Cockrum. No precisamente por la historia principal, sino porque completaba cada número una breve historieta de corte intimista donde se nos hablaba de la vida cotidiana de los grandes héroes. Los guiones también eran de un muy potable Claremont, y los dibujos corrían a cargo de un artista que hizo un trabajo delicada y con hieratismo clásico: John Bolton. De nuevo Claremont no inventaba nada, pues, como aseguraba el clásico Lucrecio y comenté ayer, nada nace de la nada: Stan Lee revitalizó el género de los enpijamados con esta estratagema, y con el tiempo otros ahondaron en ella con fortuna. Tampoco fue invención de Lee, un genial pirateador de los clásicos, y es posible que el propio Lee lo haya reconocido en alguna parte. Ya en Homero asistimos a la vida cotidiana de los dioses griegos y a sus miserias, calentones y rencillas. Con todo ese material y más se publicó un libro muy divertido: La vida cotidiana de los dioses griegos, de G. Sissa y M. Detienne (edición española, Temas de hoy).
Pues bueno, volviendo a Davis, este señor tiene páginas en internet con ilustraciones fantásticas, tanto aquí como aquí. Sin embargo, en el contexto general del cuaderno que Davis dibujó para el murciélago y entintó Paul Neary, lo que más me atrajo es el intimismo de un par de escenas. Bruce Wayne conoce a Rachel Caspian, una linda muchacha, como podrán ver. La pobrecita todavía no sabe que es la hija de un peligroso vengador nocturno que se hace llamar La Parca (es el nombre singular latino de las tres hilanderas de la mitología clásica que los griegos llamaban Moiras y manipulan el hilo de la vida humana: Cloto lo hilaba, Láquesis lo medía y Átropos lo cortaba con sus tijeras; en singular, Parca denomina a la representación esquelética de la Muerte, la mexicana Calaca). En la segunda viñeta de las dos reproducidas, la estampa es de una sencillez prodigiosa (clicar sobre la imagen para ver más grande): los ojos tienen una azulada palpitación acuática; son grandes y luminosos, y Davis (ayudado por las tintas de Neary) supo otorgarle una inocente santidad que pronto se va a explicar. También la ondulación y caída del cabello, que armoniza con las líneas del cuello de su vestido, le conceden un aire de movimiento contenido, de inquietud infinita difícil de apaciguar. Dentro de la composición de página, es la viñeta central: se suprime la caja de la viñeta y el fondo desaparece para que se llene sólo de una luminosidad que resulta perfecta para musicalizar sus palabras: “Me preocupa el mal y su influencia en el mundo”. ¿Acaso se cree una santa?
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A PROPÓSITO DE ALAN DAVIS 2


El segundo ejemplo explica ante un conquistador Bruce Wayne el secreto de sus palabras: las tres viñetas que reproduzco están en la plancha siguiente y también en esta ocasión ocupan el centro de la página: tres viñetas que repiten idéntico plano, tres viñetas monásticas, tres viñetas que transmiten una sensación de fijación, de serenidad con determinada contundencia. El vidrio de la puerta se difumina para no reflejar nada: ni luces, ni árboles, ni vida. El reflejo vacío, el cristal mudo sin reverberaciones asiste como testigo a la determinación de ella y a la sorpresa de él. Sólo entonces, en una imagen muy plástica por su contundencia, ella se vuelve una sombra que se aleja del mundo.

No se trata, tengo que decirlo, de un momento antológico de la historia del cómic; no se trata de unas viñetas que abran caminos nuevos a la narrativa gráfica. Simplemente son bellos, tienen esa belleza sencilla e intimista que se agradece tantas veces cuando leemos historias de grandes héroes, y el truco es viejo como la literatura. La extrema simplicidad de su artificio narrativo es tan evidente que propulsan la contundencia de su mensaje.

Y bueno, Bruce Wayne se la ligará al fin y le pedirá su mano, y ella accederá, pero al conocer la muerte de su padre determinará la entrada en el convento para redimir el mal que él hizo en vida. Y Bruce Wayne se quedará hecho un pasmarote, como es sabido de todos: hecho un murciélago y un pululador consuetudinario de los tejados.

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UN AÑO DE BLOG

Hoy, 1 de junio, esta bitácora cumple su primer año de vida, y espero que no sea el último. Quiero agradecer a todos cuantos frecuentan esta página su compañía, y también sus eventuales comentarios. Esta página nació con la vocación prosaica de ir colgando algunos de los artículos que he publicado por aquí y por allí. Para que una vez publicados sirvieran para algo más. Enseguida esa funcionalidad de cementerio de hámsters se modificó, y el blog comenzó tener vida propia, y comencé a escribir en él con un lenguaje que intenta alejarse del tono formal del crítico o del académico y que pretende ser, ante todo, mestizo, pero también sarcástico y hasta burlesco. El flujo de visitantes continúa, y sin lectores esta página no sería más que un un barco de papel capitaneado por un pato de goma en una palangana. Por esto, un año más tarde, os doy las gracias y os invito a seguir curioseando y criticando las bondades y miserias de mi mestizaje cultural.