lunes, enero 30, 2006

TRILOGÍA SUCIA DE LA HABANA

Mi gran descubrimiento de los últimos seis meses fue Pedro Juan Gutiérrez. Compré la Trilogía sucia de La Habana, y poco a poco, intentando saborearlo lo más posible, llegué al final de sus 359 páginas. Pedro Juan Gutiérrez nació en La Habana en 1959, pero al contrario de otros tantos cubanos que han debido salir corriendo del castrismo, Pedro Juan permanece como feroz testigo de la extrema situación de miseria y locura en que se ha convertido el día a día en la isla.

Los críticos y los académicos son profesionales de la catalogación. Pedro Juan Gutiérrez tiene la etiqueta de ser algo así como el Henry Miller o el Charles Bukowsky de Centro Habana. Sin embargo, la línea paternofilial quedó rota con Bukowsky con respecto a Miller. Desprovisto de la honda ansiedad de conocimiento y de aquella europeización un poco snob que ha acabado por hacer de Miller un autor olvidado en su propio país, Bukowsky se alzó como el heredero de cierta estética: alcohol, miseria, sudor, marginalidad, mucho sexo, muchas putas, mucho calor… Se olvida con frecuencia (o se omite con malévola intención) que Bukowsky no era un autor picante, sino un formidable narrador que sobre todo en los cuentos supo alcanzar cimas muy elevadas. Algo así le sucede a Pedro Juan Gutiérrez. Su personaje autobiográfico (en la línea de Blaise Cendrars, de Miller, de Bukowsky) se llama como él y vive como él a lo largo de las casi cuatrocientas páginas de este volumen que recopila 60 relatos. En una Habana de seres hacinados en palacios que se desmoronan y que apesta a sudor y a miseria por todas partes y en las que todos parecen obsesionados por lo mismo: templar (cochar, follar) y sobrevivir. Si templar les ayuda a sobrevivir, mucho mejor. Es el mundo (¿se puede hablar de submundo cuando hablamos de la Cuba de Fidel?) de las jineteras y de los pingueros, y de la mucha hambre que conduce a la plasmación de una realidad goyesca que rezuma por todos sus poros una sociedad putrefacta. Se trata de un libro que aborda con desenfado una realidad tan dolorosa que sólo desde el nihilismo total puede ser tolerada.

Descubierto hace apenas diez años, Pedro Juan tiene dos lecturas: aquella que le podría haber encontrado su lugar en el olimpo de La Sonrisa Vertical, por lo estimulante que puede llegar a resultar su mundo de encuentros sórdidos y a la vez cándidos; pero también encierra la lectura de fondo, que es la que posiblemente hace que la obra de Pedro Juan, un cubano que continúa residiendo en Cuba, resulte tan demoledora: el reflejo social que conduce a una visión desoladora de la vida en la isla. En definitiva, a una crítica social soterrada. Decía Bukowsky que él escribía sobre sexo como una forma de escribir sobre la vida, y en la misma línea creativa se mueve Pedro Juan. Trilogía sucia de La Habana (que recopila tres libros de relatos también publicados independientemente por Anagrama: Anclado en tierra de nadie, Nada que hacer y Sabor a mí) es una mirada subyugadora a la existencia pesarosa y nihilista de los cubanos, esos que encuentran una buena razón para seguir viviendo en un buen tabaco, un buen ron y una buena cabalgada. El orden no importa, pero que nada falte. Un escritor sólido y una narrativa con ritmo, concisa y fascinante sobre la vida cotidiana en un país en ruinas. Una reseña mejor escrita y más emotiva que la mía puede leerse aquí.
Para saber más de él, visita su página personal.

domingo, enero 29, 2006

PANCHO VILLA DAILY STRIP VII. CONCLUSIÓN.


Ampliar imágenes para ver a buen tamaño. El copyright (c) de estas tiras pertenece a su autor o autores. Este material, editado en Relatos Gráficos: Historia de Pancho Villa, número 41, 8 de febrero de 1957, se publica aquí con fines culturales y divulgativos. Si conoces al autor o autores de esta historia y posees más ejemplares de esta publicación, escribe a ricardovigueras@gmail.com.

sábado, enero 28, 2006

PANCHO VILLA DAILY STRIP VI


Ampliar imágenes para ver a buen tamaño. El copyright (c) de estas tiras pertenece a su autor o autores. Este material, editado en Relatos Gráficos: Historia de Pancho Villa, número 41, 8 de febrero de 1957, se publica aquí con fines culturales y divulgativos. Si conoces al autor o autores de esta historia y posees más ejemplares de esta publicación, escribe a ricardovigueras@gmail.com.

viernes, enero 27, 2006

PANCHO VILLA DAILY STRIP V


Ampliar imágenes para ver a buen tamaño. El copyright (c) de estas tiras pertenece a su autor o autores. Este material, editado en Relatos Gráficos: Historia de Pancho Villa, número 41, 8 de febrero de 1957, se publica aquí con fines culturales y divulgativos. Si conoces al autor o autores de esta historia y posees más ejemplares de esta publicación, escribe a ricardovigueras@gmail.com.

jueves, enero 26, 2006

TRAS EL ROSTRO, DE DAVID GOODIS

Tras el rostro fue la primera novela esencial de David Goodis (1917-1967), quien fue, junto con Jim Thompson, “el escritor maldito por excelencia de la novela negra” (Javier Coma, Diccionario de la novela negra norteamericana, p. 88, Anagrama, Barcelona, 1986). El éxito de esta obra le conduciría, como a tantos otros escritores, a un Hollywood poco amigo de estos novelistas ríspidos y un tanto sombríos que no duraban mucho en las nóminas de los estudios. Allí colaboró, principalmente, en la adaptación de esta novela que leí hará cosa de un mes, llevado por el hambre de completar huecos en mi cultura general (la cultura general es como un queso de gruyere, lleno de agujeros). Dark Passage, título de original de esta obra, fue protagonizada por el maravilloso dúo matrimonial y artístico que fueron Bogart y Lauren Bacall. El film lo dirigió Delmer Daves y no lo he visto, pero es fácil de encontrar en dvd. Después de abandonar Hollywood, Goodis pasa unos años en el Caribe, imagino que sumergido no sólo en sus playas, sino también en el alcohol. Dicen que el periodo comprendido entre 1948 y su pronto fallecimiento pertenece aún a la leyenda, y su rastro nebuloso, oscuro y etílico, sólo puede ser rastreado, con todas las reservas que ello merece, en las hijas de su imaginación, las novelas que fama le dieron y le han sobrevivido.

Tras el rostro, o Senda tenebrosa, es la historia de un individuo que acaba en la cárcel falsamente acusado de haber asesinado a su esposa. Tras huir de prisión, encuentra a una misteriosa mujer que le cuidará mientras él se somete a una operación de cirugía estética que le permita rehacer su vida. Con un rostro nuevo, emprenderá la tenebrosa senda de vengarse de quien le mandó a la cárcel con pruebas falsas. Novela negra de la vieja guardia de los fundadores, con mucho de fantasía y bastantes vaguedades y omisiones, es principalmente una obra de peripecia con buenos retratos psicológicos. La he leído en una edición que deja mucho que desear y de cuya traducción no puedo fiarme mucho (pero era la única que había a mano), editada en Barcelona por Luis de Caralt en 1955 y con esta portada terrible de cuya autoría no se dan créditos.

PANCHO VILLA DAILY STRIP IV


Ampliar imágenes para ver a buen tamaño. El copyright (c) de estas tiras pertenece a su autor o autores. Este material, editado en Relatos Gráficos: Historia de Pancho Villa, número 41, 8 de febrero de 1957, se publica aquí con fines culturales y divulgativos. Si conoces al autor o autores de esta historia y posees más ejemplares de esta publicación, escribe a ricardovigueras@gmail.com.

PANCHO VILLA DAILY STRIP III


Ampliar imágenes para ver a buen tamaño. El copyright (c) de estas tiras pertenece a su autor o autores. Este material, editado en Relatos Gráficos: Historia de Pancho Villa, número 41, 8 de febrero de 1957, se publica aquí con fines culturales y divulgativos. Si conoces al autor o autores de esta historia y posees más ejemplares de esta publicación, escribe a ricardovigueras@gmail.com.

martes, enero 24, 2006

PANCHO VILLA DAILY STRIP II


Ampliar imágenes para ver a buen tamaño. El copyright (c) de estas tiras pertenece a su autor o autores. Este material, editado en Relatos Gráficos: Historia de Pancho Villa, número 41, 8 de febrero de 1957, se publica aquí con fines culturales y divulgativos. Si conoces al autor o autores de esta historia y posees más ejemplares de esta publicación, escribe a ricardovigueras@gmail.com.

lunes, enero 23, 2006

SOMBRAS DE ROMA, DE RON BURNS

Tras una temporada sin colaborar en este estupendo blog colectivo, regreso a Après moi, le déluge con una reseña de la novela Sombras de Roma, de Ron Burns. Esta novela policiaca de temática romana comparte personajes y periodo histórico con el reciente éxito televisivo Roma, serie que aún no he podido ver completa (tendré que esperar a que aparezca en DVD). Si ustedes gustan, ya saben, paséense sin paraguas bajo el diluvio pinchando aquí.

PANCHO VILLA DAILY STRIP I


Ampliar imágenes para ver a buen tamaño. El copyright (c) de estas tiras pertenece a su autor o autores. Este material, publicado en Relatos Gráficos: Historia de Pancho Villa, número 41, 8 de febrero de 1957, se publica aquí con fines culturales y divulgativos. Si conoces al autor o autores de esta historia y posees más ejemplares de esta publicación, escribe a ricardovigueras@gmail.com.

domingo, enero 22, 2006

PANCHO VILLA COMICS

Mi amigo el historiador y novelista Pedro Siller me hizo llegar hará cosa de un año una publicación muy interesante. Se trataba de una revista titulada Relatos gráficos. Historia de Pancho Villa que, con fecha de 8 de febrero de 1957, publicaba dos historietas protagonizadas por Pancho Villa. A simple vista parecía el típico suplemento de historietas de los periódicos en formato tabloide, sólo que editado en blanco y negro y a muy baja calidad (el papel, que con los años ha adquirido un tono cobrizo, se quiebra por muchos de sus lados). La revista viene marcada a 0´10 de dólar en el extranjero, lo cual indica que aquella revista se exportaba. La portada añade que se trata del cuaderno número 41, y bajo este número se lee Edición Popular.

Como podéis ver por el recorte de portada que encabeza estas líneas, esta publicación abarcó toda la vida del revolucionario. A pesar de que he indagado y preguntado por aquí y por allí, no he encontrado más referencias sobre esta publicación. Tampoco existe mención de ella en el volumen III de Puros cuentos (la excelente e inconclusa historia del pepín o tebeo mexicano), ni de ella ni de ningún tebeo que tome a Villa como protagonista. Dentro de la revista, no se dan créditos de su(s) dibujante(s) ni guionista(s), por lo que su autoría es anónima, ya que tampoco el dibujante firma ninguna de las viñetas. Lo único que se puede decir a modo de conjetura es que su dibujante tiene la influencia de José G. Cruz, el gran monero mexicano autor de los cómics de Adelita y Juan sin Miedo y de Santo el enmascarado, un genio multifacético al que yo debería dedicar un blogo mucho más enjundioso, pues se trata de un autor admirable.

La publicación se compone de dos historietas breves en 5 páginas protagonizadas por Pancho Villa donde se nos narran sucesos posiblemente apócrifos, y en el interior, como suplemento central plegable para su encuadernación, por una especie de novelón en capítulos que constituye la biografía de Villa propiamente dicha, en 8 páginas de texto e historieta.

He decidido colgar aquí a partir de ahora y durante catorce días (a razón de una tira por día) las dos breves historietas protagonizadas por Pancho Villa. No se trata de una obra relevante, ni por su dibujo ni por sus guiones, pero la rareza de este material que no ha sido recopilado ni puede ser conseguido fácilmente, me anima a serializar aquí lo poco que tengo. Tengo la esperanza de que alguno de mis lectores mexicanos pueda decirme quiénes fueron sus autores o dónde podría ser conseguido más de este material gráfico, que me gustaría poder estudiar en el futuro para su edición en libro. La característica más relevante de estas historietas es que, aunque el personaje de Pancho Villa resulta claramente mitificado, no nos es presentado en una versión edulcorada, sino reflejado con toda su bronca, violenta y hasta cruel humanidad. Un personaje que hoy día, como nos gusta en esta bitácora, resulta políticamente incorrecto. La segunda historieta, donde manda quemar vivas a cuatro mujeres, pone de relieve el aspecto más fiero de la personalidad de Villa, y, al mismo tiempo, los contraluces más crueles del imaginario mexicano, que se nutre todavía del culto a la revolución como seña de identidad nacional.

He escaneado las historietas a partir de un material muy deficiente y enormemente quebradizo, por lo que pido disculpas por su mala calidad. Para apreciar mejor cada una de las tiras a mayor tamaño, habrá que hacer clic sobre la imagen. Como digo, independientemente de que yo publique o no un blogo, cada día actualizaré con una tira de Pancho Villa Daily Strip hasta llegar al final. Espero que esta miniserie pueda interesar a alguien más aparte de mí mismo. Aunque sea sólo por su valor histórico.

sábado, enero 21, 2006

PREMIOS LA CÁRCEL DE PAPEL

Álvaro Pons ha convocado a votación en la Tercera entrega de los Premios La Cárcel de Papel. Como saben todos los buenos lectores de cómics, La Cárcel de Papel es la página de referencia en español de este delicado arte narrativo y visual que es el de los tebeos. Hay diversas categorías, y todos los buenos lectores de tebeos podrán votar sus tebeos y autores favoritos de 2005. También podréis votar al mejor weblog sobre tebeos, y si no el mejor, sí al menos el que más os guste. Supongo que todos los ganadores obtendrán esta preciosa figura en resina del divino Ignatz, de Krazy Kat. Dichosos ellos. Qué pena que no se pueda votar a la mejor página, que es, precisamente, La Cárcel de Papel.

jueves, enero 19, 2006

SOY UN DELINCUENTE Y ALGUIEN DEBERÍA DETENERME

Pues sí. Volví de España el pasado sábado convertido en delincuente. En estos tiempos impíos nadie se va a salvar, dentro de poco, de ser delincuente: por fumar delante de una embarazada, por comprar una peliculita para los niños en el top-manta, por tener una botella de tequila guardada en el cajoncito de la oficina, por bajarte un disco de la Mulita, por tantas otras cosas… Ya yo soy un delincuente (fíjese que lo expresé en caribeño, acere).

Que nadie crea que violé la ley anti-tabaco y me eché un farito en uno de los nuevos lugares sacronsantos. De eso nada, monada. Comí el último día en Madrid en un popular restaurante madrileño y me eché mi cigarrito en la puerta, charlando con la mismísima dueña de este restaurante donde ya no se puede fumar, y que también fumaba en la puerta de su secular negocio. La nueva ley es buena, ya que fomenta la amistad en la calle y uno hace amigos e intercambia experiencias mientras los que no fuman se aburren en el interior de los restaurantes. La cosa está en que he delinquido en México, no en España.

Aproveché con gusto mi estadía en España, y con gusto arremetí comprando películas en las rebajas de enero, que para eso están, releñe, para aprovechar las ofertas. El sagrado tres por dos. Yo no soy consumista, júrolo por la cruz de Caravaca santísima (y mal rayo parta a Torrente), pero cuando paso delante de las películas en DVD las películas me incitan y me provocan, las muy cochinas, y tengo que pagar por ellas para llevármelas a mi casa y pasar un buen rato. Me las llevo a mi casa, y luego me arrepiento quizá, o quizá no, pero es lo de menos porque ya me las he llevado conmigo y he pecado.

El caso es que me traje en las maletas unas cuantas películas, escondidillas por aquí y por allí, entre las camisas y los mazapanes para la familia. Cuál no sería mi sorpresa al leer la hojita de la aduana mexicana que me dieron en el avión y descubrir, oh maravilla, que está prohibido introducir en el país más de cinco películas DVD sin declararlas. Hice la lista que ahora les presento, y descubrí que esta vez me traje 42 películas de la Padre Matria, más dos cofres con un par de series de televisión. Muchas de éstas serán las películas que comente en los próximos meses. Pienso disfrutar todas y cada una de ellas, sobre todo al descubrir que por fin soy un delincuente. Qué fácil es para los inocentes violar la ley en los tiempos totalizadores que corren, y qué dulce es hacerlo. Cada vez más. Estas son las niñas de mis ojos:

Michael Curtiz, Dodge, ciudad sin ley; J. Lee Thompson, El oro de MacKenna; Robert Moore, Un cadáver a los postres; VV. AA. Roma (episodio uno, top-manta edition, en espera de que salga la versión oficial); Stanley Kubrick, Teléfono Rojo, volamos hacia Moscú, y Barry Lyndon; Fred Niblo, La marca del Zorro; Max Ophuls, Atrapados; Billy Wilder, Irma la dulce y Sabrina; Marcel Camus, Orfeo negro; Martin Scorsese, Casino; Claude Chabrol, La década prodigiosa, El carnicero y Un asunto de mujeres; Fritz Lang, La mujer del cuadro y Secreto tras la puerta; Orson Welles, Macbeth; Ingmar Bergman, Gritos y susurros; Federico Fellini, La dolce vita; Marino Girolami, Entre Dios, el diablo y un arma (película ignota del juarense olvidado, Gilbert Roland); Robert Aldrich, El beso mortal; Jacques Tourneur, La mujer pirata; Delmer Daves, Flecha rota; Francis Ford Coppola, Apocalypse Now; Otto Preminger, Vorágine; Manoel de Oliveira, El valle de Abraham; David Lean, Lawrence de Arabia; Jean Renoir, La bestia humana; John Ford, Fort Apache; Charles Vidor, Gilda.

Y a un precio de risa (valía 44 euros, pero me salió con el 35% de descuento, un Cofre Truffaut, con doce películas: Los cuatrocientos golpes, Besos robados, Domicilio conyugal, El amor en fuga, Tirad sobre el pianista, Jules et Jim, La piel suave, Una chica tan decente como yo, El último metro, La mujer de al lado y Vivamente el domingo.

Por cierto: en la aduana de Ciudad Juárez nadie se presentó a despanzurrarme las maletas y requisar mis películas. Fue el crimen perfecto. Tened todos un buen fin de semana, que yo continuaré gozando del botín como un pirata desdentado y jarto de ron pintado por Iranzo.

P.S. The Killers, de Don Siegel (1964), fue la última película de Ronald Reagan como actor antes de dedicarse a la carrera política que le conduciría a la presidencia de los Estados Unidos. La preciosidad que está a su lado es Angie Dickinson. Película poco vista y menos conocida que, siendo un Siegel, no debe estar nada mal.

martes, enero 17, 2006

UN CADÁVER A LOS POSTRES (1976)

Divertida película presidida nada menos que por el novelista Truman Capote, quien vuelve a estar muy de moda por el éxito del biopic sobre su vida, Capote, considerada ya como uno de los grandes éxitos del año. Un cadáver a los postres debe principalmente su gancho a un estupendo guión de Neil Simon y un fabuloso elenco de actores que incluye, entre otros, a Peter Sellers, Peter Falk, Alec Guinness o David Niven que parodian a algunos de los grandes detectives y malvados de la novela policiaca clásica. Conocer medianamente la obra de Chandler, Hammett, Agatha Christie o Earl Derr Biggers resulta una premisa más que recomendable para poder visionar esta broma-homenaje y saborearla con toda su mala baba, una mala baba que no oculta su admiración por los héroes clásicos de la novela criminal. Los títulos de crédito, deliciosos, así como el cartel de la película fueron obra del maravilloso caricaturista Charles Addams, creador de los personajes que le dieron fama mundial en una serie de televisión después trasplantada al cine: La familia Addams.

Un cadáver a los postres (Murder By Death, 1976). Dirección de Robert Moore. Guión de Neil Simon. Fotografía de David M. Walsh. Montaje de John F. Burnett. Música de Dave Grusin.

Intérpretes: Eileen Brenan, Truman Capote, James Coco, Peter Falk, Alec Guinness, Elsa Lanchester, David Niven, Peter Sellers, Maggie Smith, Nancy Walker. USA. Color. (***, de 4). Más información, clicando aquí.

domingo, enero 15, 2006

LA GRAN EVASIÓN (1963)

La gran evasión, pese a su aparente levedad, continúa siendo una obra formidable por contener, bien medidos, todos los ingredientes necesarios para la perfecta cocción de un film de acción y de aventuras por el que no ha pasado el tiempo. Un guión espléndidamente construido por el gran novelista W.R. Burnett (La jungla de asfalto, Little Caesar) y el también célebre James Clavell (Shogun), guión enormemente rico en personajes secundarios muy bien caracterizados a quienes sacan enorme partido un coro de actores extraordinarios en su desempeño, una premisa que atrapa la atención desde el primer momento, una dirección con nervio de John Sturges y una banda sonora ejemplar de Elmer Bernstein para una película de acción sin desperdicio sobre la huída de un pelotón de militares de un campo de concentración nazi. Y vaya campo de concentración. Las celdas de castigo parecen bungalows junto a la orilla de una playa de alambradas y cemento. A ver si aprenden algo de los nazis de esta película los mandos militares estadounidenses de Guantánamo. Film de larga duración, se sigue visionando de un tirón y sin parpadear. Impecable. Formidable.
Por cierto, curioseando por la interneta encontré la página de Sir Richard Attenborugh, uno de sus protagonistas, con una enorme colección de carteles del film. Me ha fascinado este cartel polaco, tan llamativo por lo conceptualista de su interpretación del film. Comparándolo aquí con el resto, podrá advertirse que existe una notoria diferencia entre uno y otros.

La gran evasión (The Great Escape, 1963). Dirección: John Sturges. Guión de W.R. Burnett y James Clavell. (****, de 4). Más información, clicando aquí.

miércoles, enero 11, 2006

ATRAVESANDO LAS TURQUESAS CORTINAS... UNA PAUSA PARA LA PUBLICIDAD

EL PEÑÓN DE LAS ÁNIMAS (1942)

El peñón de las ánimas es un western musical mexicano de los que hicieron furor en los años 40 en México, España y Latinoamérica. Es una adaptación ranchera de Romeo y Julieta protagonizada por Jorge Negrete y María Félix, una fórmula extraña (western, musical, canciones y amores imposibles por odios familiares irreconciliables) que podía haber dado mejores resultados si la dirección de Miguel Zacarías hubiese sabido imprimir más ritmo a esta dramática historia que, contada como quien oye llover y con una notoria falta de ritmo, queda como una película falta de gancho, de suspense y de tensión. Para colmo, Jorge Negrete y María Félix no se hallan en estado de gracia precisamente. Negrete sólo es realmente efectivo cuando canta (hay varios cantables, el más divertido es ése que va: “Yo soy mexicano... y sobre todo, seré enamorado”) y en cuanto a María Félix, pues no sé si he dicho alguna vez que no es plato de mi devoción. Maria Félix fue un caso raro dentro del cine universal: no era precisamente buena actriz, y ni siquiera se puede decir que fuera muy guapa. Era, por encima de todo, una mulier dominatrix mexicana gobernando sobre un mundo de machos. Su falta de gracia y su rudeza se convirtieron en parodia de lo que hoy podríamos llamar la mujer moderna. Mientras en Hollywood triunfaba la mujer fatal, independiente pero femenina, María Félix propagaba a los cuatro vientos un modelo de mujer ajoarriera y atroz por los cuatro costados. En fin, qué les voy a decir de la Félix en esta película, haciendo además de una Julieta inverosímil: a pain in the ass. El peñón de las ánimas resiente la ausencia de un maestro del melodrama como lo fue el Indio Fernández. Es una película muy menor que sólo merece la pena ver como curiosidad histórica.
El peñón de las ánimas. Dirección: Miguel Zacarías. Más datos no disponibles por el momento. (**, de 4).

lunes, enero 09, 2006

WHITE HEAT (1949)

Esto es gran cine. Magro, sin grasa. Al grano, sin gilipolleces ni amaneramientos formales: conciso, vibrante, con nervio, con garra, una película nada sentimental ni moralista que te agarra de las pelotas y no te las suelta hasta que lees The End sobre la pantalla, un The End que parece, no podía ser de otra manera, la inscripción de una lápida. Esta película es la tumba que levantó el gran Raoul Walsh para ensalzar en la muerte a gente como Cody Jarrett: un violento salteador con complejo de Edipo que carga con su madre a cuestas de atraco en atraco y de huída en huída. Al rojo vivo (White Heat, 1949) es una de las grandes películas de uno de mis directores favoritos de la historia del cine americano: Raoul Walsh, un hombre que a lo largo de varias décadas produjo multitud de obras maestras del cine negro, el western, el bélico y el género de aventuras. Walsh era uno de esos espíritus vitalistas que vivieron la existencia pisando el acelerador y supieron imprimirle a todas sus obras un sello absolutamente personal. En realidad el gran cine de Walsh no era muy distinto de esta película, y sorprende comprobar cuántos títulos emblemáticos llegó a firmar a lo largo de sus cinco décadas de trabajo incansable desde los albores del mudo (Walsh sería importante sólo por el hecho de haber dirigido El ladrón de Bagdad en 1924). Hasta los títulos menores de Walsh, aquellos que rodó pensando en otra cosa o para salir del paso mientras se ocupaba de un proyecto más importante, tienen su nervio y, cuanto menos, una secuencia con toda la fuerza y embrujo de que era capaz. Al rojo vivo, además, cuenta con la presencia del gran James Cagney y de la bellísima Virginia Mayo, una de aquellas mujeres de los años 40 y 50 que Hollywood supo crear para embeleso de las generaciones futuras, y de la que James Cagney dice en una línea de guión con toda justicia: “A ti te sentaría bien hasta la cortina de la ducha”. Y es que en aquellos tiempos más ruines pero más auténticos, un tipo duro era un tipo duro, y una dama era una dama. Y se fumaba hasta en el confesionario. Tiempos rudos de humo, de verdad, de convulsión y de furia. Como White Heat, una de las cumbres del cine negro.
Al rojo vivo (White Heat, 1949). Dirección: Raoul Walsh. (****, de 4). Como hoy no tengo ganas de transribir más datos, mira aquí.

jueves, enero 05, 2006

ZOOT SUIT (1981)

Zoot Suit es una película que aborda el conflicto chicano en Los Ángeles a principios de los años 30. Los chicanos, ya se sabe, son los descendientes de inmigrantes mexicanos a Estados Unidos, aquellos que han crecido hablando inglés y estudiando en escuelas norteamericanas, pero que mantienen sus señas de identidad latinas cultivadas en el hogar, entre tortillas recién salidas del comal y el español mexicano que se habla en casa y en el barrio. En un sentido más estricto, el chicano es el descendiente de quienes habitaban los estados mexicanos que fueron anexionados a Estados Unidos en 1848, tras la guerra entre México y su vecino del norte: California, Arizona, Nuevo México, Nevada, Utah, y partes de Colorado y Wyoming. Los mexicanos que habitaban en el interior de esos territorios se convirtieron de golpe y porrazo en norteamericanos, y el español que hablaban en aquel entonces no se ha extinguido hasta la fecha y genera todavía una abundante literatura (literatura chicana) cuyo estudio está hoy muy de moda dentro de los estudios “regionales”.

Zoot Suit fue primero una obra de teatro que Luis Valdez (1940) representó con éxito desde 1978, hasta que en 1981 fue llevada a la pantalla grande en forma de extraño musical. Todos los musicales de los años 80 fueron extraños, pues el género estaba, más que en clara decadencia, en proceso de extinción: Fame, de Alan Parker, Pennies from Heaven (1981), de Herbert Ross... Después, el vacío, un vacío salvado por proyectos puntuales que, como el western, destacaban más por su singularidad en el paisaje que por formar parte de un género hoy desaparecido: Evita (1996), de Alan Parker o Bailar en la oscuridad de Lars Von Trier (2000). Los recientes éxitos de Chicago o Moulin Rouge, películas por lo demás muy indigestas, no auguran un renacer del género como tal, aunque como en el caso del western, vive y colea a su manera, transformándose y mutando a medida que el mundo gira y nuestra percepción del entorno cambia.
Zoot Suit es uno de aquellos extraños musicales de los 80. Como musical no es la gran cosa, ciertamente: malas voces, coreografías poco inspiradas... Valdez, que siempre fue un hombre de teatro, traslada su exitoso montaje a la gran pantalla sin perder su esencia de teatro filmado (incluso con planos generales de los espectadores en la sala), y es por ello que la película tiene ese efecto distanciador que tanto propugnaba Brecht: se obliga al espectador a salirse del film para forzarle a asimilar que cuanto está viendo no es una ficción. Los números musicales, las atmósferas sobrecargadas y los colores estridentes subrayan este efecto de distanciamiento. Este distanciamiento es notorio desde el punto de visto de la inclusión de un corifeo, el Pachuco (estupendo Edward James Olmos), que se interrelaciona continuamente con los personajes, chicanos que en 1940 fueron acusados de un asesinato que no habían cometido.
El mayor mérito del film es constituirse como un documento de aquel gran montaje que resultó ser Zoot Suit y de la larga y fructífera labor que Valdez desarrolló a lo largo de los años con su Teatro Campesino, una compañía que representaba obras con braceros mexicanos y que con los años adquirió profesionalización y trascendencia internacional. También es Zoot Suit la eclosión de un versátil actor méxico-americano, Edward James Olmos, cuya composición de El Pachuco sería pulida y refinada hasta hacerla casi irreconocible en Miami Vice, una serie de televisión que muchos disfrutamos a finales de los 80 y en la que sobre todo brillaba el trabajo interpretativo de Olmos.
Más información sobre Luis Valdez, clicando aquí.

Zoot Suit (1981). Escrita y dirigida por Luis Valdez. Fotografía de David Myers. Montaje de Jacqueline Cambas. Con Daniel Valdez, Edward James Olmos, Charles Aidman, Tiñe Daly, John Anderson, et al. USA. Color. (***, de 4).

domingo, enero 01, 2006

1 DE ENERO: FUMANDRINES AL PAREDÓN


Llegó el día tan temido para los fumadores españoles: a partir de hoy 1 de enero, se acabó el humo de tabaco en muchos sitios, principalmente en todos los lugares de trabajo y edificios públicos. Ya hay contempladas multas muy elevadas, mayores que en el entorno europeo, para quien se las quiera dar de listo y encienda un pitillo donde no debe.
Dicen los cancerberos de la moral pública que es por nuestro bien, que los españoles fumamos más que la media europea, y que ahora lo que se lleva, lo políticamente correcto y lo pipirasnáis, es vivir una vida libre de “malos” humos. The New York Times, incluso, nos recuerda haber introducido este deleitoso vicio en Occidente. Se les olvida recordar que fueron ellos quienes ganaron millones con él, y como otro vicio glorioso que es la pornografía, construyeron una mitología consistente alrededor del humo del tabaco con la que también ganaron millones. Ahora, donde dije digo, digo Diego, aseguran nuestros amiguitos. Incluso en Hollywood se insiste en la idea de que sólo debe fumar el malo de las películas. Dicen los papas, o papacitos, de la nueva moral puritana de estos tiempos neovictorianos que hace más daño un actor con un cigarrillo en la pantalla que con una pistola apuntando a la cámara. Adónde vamos a llegar en retórica basura, pero es comprensible por venir de donde viene: Estados Unidos es de donde procede esta nueva moda represora, un país que ama las pistolas, la sangre y el cataclismo, pero tiene miedo del cuerpo de una mujer desnuda.
Los monaguillos de lo políticamente correcto dicen que es por nuestro bien, pero como siempre, es mentira. A los estados modernos nuestro bien les importa un bledo, pero sí les preocupa seguir gastando millones en las enfermedades de los fumadores, que aunque son honrados contribuyentes al fisco, ahora hay que perseguirlos para que fumen menos y chupen menos de la Seguridad Social. Ahora lo guay es enfermarse de enfermedades políticamente correctas, como la depresión de vivir en ciudades contaminadas (y no por el humo de cigarrillo) malviviendo con un sueldo miserable y explotados laboralmente. Esto es ahora lo chido y lo guay.
Por supuesto, se nos olvida recordar (puesto que el recuerdo y la memoria dependen del conocimiento de la Historia, y estos conocimientos hoy día no son políticamente correctos) que de vez en cuando el ser humano tiene la imperiosa necesidad de satanizar, aislar y perseguir a grandes grupos de la población que antes pasaban por ser normales: así ocurrió con los judíos, los homosexuales y los comunistas. Ahora le toca el turno a los fumadores, leprosos del nuevo siglo que podían cultivar públicamente su vicio y ahora deberán recluirse para disfrutarlo. Incluso ya afloran como setas en internet páginas de pago de pornografía fumadora, chicos y chicas que mientras fuman posan desnudos o fornican. Ahora fumar es lo sucio, y como todo lo sucio, es lo que da morbo, y lo que da morbo, en una sociedad puritana de lo políticamente correcto, es lo que da dinero, y hoy el dinero es el único Dios efectivo y creíble.
Queda en el otro lado de la balanza, es justo recordarlo, los riesgos que para la salud encubre, para quien no fuma, soportar la humareda contaminante de quienes cultivan con amor su vicio público. En este sentido la ley es radical: no se podrá fumar en lugares de trabajo. Es justo y es sano para quien no fuma. Queda por ver cada cuánto tiempo se escaparán los fumadores a la calle para echar un pitillo, lo cual inflluirá en el porcentaje total de horas trabajadas por semana, y por esta razón (hecha la ley, hecha la trampa) cuánto tardarán los empresarios tan mimados de nuestros gobiernos en negar el puesto de trabajo a quienes confiesen alegremente ser fumadores.
Por otra parte, no se podrá fumar en bares y restaurantes de más de cien metros cuadrados salvo en zonas aisladas dentro del local que muchos empresarios no querrán construir. En cuanto a los bares de menos de cien metros (alrededor del ochenta por ciento en España), queda a voluntad del dueño permitir fumar en ellos o no, lo que en principio quiere decir que nada va a cambiar. Los españoles que acuden a los bares con frecuencia son mayoritariamente fumadores (así como los extranjeros procedentes de países en los que no se permite fumar en ningún bar). La legislación es salomónica en este aspecto. Comprendo que no se pueda fumar en el trabajo, un lugar donde todo el mundo pasa a fuerzas ocho horas al día, pero que me prohíban fumar en un local donde voy por voluntad propia y estoy haciendo algo tan sano como beber media botella de whisky, me parece un acto de persecución injustificado, sobre todo cuando lo que hago es consumir tabaco, una droga que sigue siendo legal y continúa produciendo grandes y jugosos dividendos a los estados en forma de una subida del impuesto anual sobre productos del tabaco.
Mientras no llega la moda puritana de prohibir fumar en todos los bares para que éstos se llenen de niños, testigos de Jehová y de monjas, podremos seguir algunos disfrutando de la ensoñación del alcohol y del humo del cigarro, dos buenos amigos que llegan siempre para combatir la soledad de estos tiempos donde se nos olvida que el hombre se compone de vicios y de virtudes, y que ambos deben ser cultivados por voluntad propia, pero también respetados dentro de una sociedad menos hipócrita, empezando por la que ha iniciado toda esta persecución: una sociedad puritana y enormemente hipócrita que, de vez en cuando, necesita efectuar su caza de brujas o su ley seca. Lo que es lastimoso es que en esta ocasión, los países del entorno internacional les sigan la corriente integrista y sin matices. A ambos les identifica el mismo amor: el amor por sanear las finanzas públicas, aun a costa de perseguir nuestros vicios en nombre, cuando les conviene, de la Salud y del Bien Común.
Otro día disertaré sobre la penalización de la prostitución y de sus clientes. Otro tema bonito, hijo de la hipocresía y lo políticamente correcto. Ya estuvo bien de rollo para empezar el año. Me voy a mi bar favorito a tomarme unos whiskies y a echar humo como chacuaco mientras me dejen.

P.S: En la foto, Paul Muni en Scarface, de Howard Hawks, en compañía de un buen amigo disfrutando un buen tabaco.